Economía exportadora y de materias primas

El descubrimiento y la colonización de Centroamérica y Sudamérica por españoles y portugueses estuvieron estrechamente vinculados al objetivo de explotar de la forma más lucrativa posible las materias primas del continente. A comienzos del siglo XVI el mayor interés fue primero la obtención de metales preciosos. Poco después comenzaría la economía de plantación en las costas de Sudamérica. Esta forma económica estuvo basada en parte, hasta bien entrado el siglo XIX, en la explotación y el trato inhumano de esclavos africanos. Se cultivaban principalmente productos tropicales como tabaco, cacao, azúcar y algodón. La importación de ganado vacuno, equino y ovino a Latinoamérica supuso el inicio también de la cría de ganado europeo.

España y Portugal se aseguraron en el comercio con sus colonias un derecho de exclusividad que perdió su validez con las exitosas guerras de independencia de los Estados latinoamericanos a principios del siglo XIX. La posterior apertura al mercado mundial, junto con la orientación de los aún jóvenes Estados latinoamericanos hacia la economía exportadora, puso en marcha una dinámica que las estructuras económicas de la época colonial fueron incapaces de seguir. Solo el capital de inversores extranjeros hizo posible la modernización y el aumento de la eficiencia tanto en la minería como en la economía de plantación y la ganadería. Las pequeñas explotaciones agrícolas, que no se vieron afectadas por esta evolución y estaban desvinculadas de los nuevos enclaves económicos, siguieron siendo el medio de subsistencia de gran parte de la población de Centroamérica y Sudamérica.