Minería

Centroamérica y Sudamérica han sido ricas desde siempre en materias primas minerales. Su uso está documentado arqueológicamente hasta bien entrada la época precolombina. Ya hacia el año 200 a. C., las culturas Bahía y Tolita, en la costa del actual Ecuador, introdujeron innovaciones técnicas en el procesamiento del oro, el cobre y el plomo. Desde el comienzo de la época colonial, hacia 1500, el principal producto de exportación de la América española siguió siendo el oro hasta 1560. A partir de la década de 1540, la minería de la plata adquirió cada vez más importancia, con Potosí en Bolivia y Zacatecas en México como centros más importantes.

En el contexto de la economía exportadora que se impulsó en la segunda mitad del siglo XIX, algunos de los aún jóvenes Estados de Latinoamérica se especializaron en distintos productos: Chile se concentró en la explotación de salitre y cobre, México estuvo tradicionalmente muy vinculado a la minería de la plata y Perú a la extracción de oro. A principios del siglo XX, la minería experimentó un gran auge, sobre todo en los enclaves mineros dependientes de inversores extranjeros. Escenas que apenas se corresponden con el duro trabajo cotidiano en la mina, sino que están más bien idealizadas, son un elemento de diseño popular de los billetes en las regiones mineras de Centroamérica y Sudamérica, sobre todo cuando estos billetes eran emitidos directamente por emisores privados o sus bancos privados como explotadores de dichas islas de inversión y quienes trabajaban allí también recibían su salario en este papel moneda.